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El blog de Vainilla Molina

Donitas caseras de yogurt y vainilla: suaves, frescas y listas para el antojo

Donitas caseras de yogurt y vainilla: suaves, frescas y listas para el antojo

A veces no hace falta preparar un pastel enorme para disfrutar de un buen postre. Estas mini donas horneadas son la opción perfecta para esos momentos en los que quieres algo dulce, pero fresco y fácil de compartir.

Para las mini donas: 

 

1 taza de harina de trigo (puedes usar mitad integral si quieres) 

1/2 cucharadita de polvo para hornear 

1/4 cucharadita de bicarbonato de sodio 

1 pizca de sal 

1/3 de taza de azúcar 

1/2 taza de yogurt natural  

Una pieza de huevo 

2 cucharadas de mantequilla derretida 

Un chorrito de Vainilla Molina 

 

 

Para el glaseado de frutos rojos:

1/2 taza de frutos rojos frescos o congelados (fresas, frambuesas, arándanos) 

1/2 taza de Azúcar Glass Postrelicioso 

 

Un chorrito de Vainilla Molina

1. Engrasa ligeramente un molde para mini donas o usa un spray desmoldante. 

2. En un tazón, combina la harina, polvo para hornear, bicarbonato, sal y azúcar. Mezcla bien para que todo se distribuya parejo. 

 

3. En otro tazón, bate el yogurt, el huevo, la mantequilla derretida y un chorrito de Vainilla Molina hasta que todo esté bien integrado.

4. Agrega la mezcla líquida sobre los secos y revuelve solo hasta integrar (no sobrebatir para que queden esponjosas). 

5. Usa una cuchara pequeña o manga pastelera para llenar cada cavidad del molde hasta 2/3 de su capacidad. 

6. Hornea durante 10 a 12 minutos, o hasta que al insertar un palillo, este salga limpio. 

 

7. Deja enfriar completamente antes de glasear.

Para el glaseado de frutos rojos: 

8. Tritura los frutos rojos en un procesador o licuadora hasta hacer un puré. Pásalo por un colador para quitar las semillas. 

9. Combina el puré colado con el Azúcar Glass Postrelicioso y un chorrito de Vainilla Molina hasta obtener una mezcla espesa pero fluida.  

 

10. Sumerge la parte superior de cada mini dona en el glaseado, deja escurrir el exceso y colócalas sobre una rejilla para que se asiente.

Estas mini donas no solo son fáciles de hacer, también son una forma de disfrutar del proceso, de conectar con esos pequeños momentos donde hornear algo rico cambia por completo el humor del día. Ojalá que cada vez que prepares esta receta, recuerdes que cocinar no es un deber, sino una forma de crear algo tuyo, único y lleno de intención. Gracias por quedarte hasta el final, y nos leemos pronto para seguir compartiendo más ideas que sí se antojan.