Te comparto mis galletas secretas de ate de guayaba y chocolate blanco

Si hay algo que nos hace sonreír con solo pensarlo, es el aroma de unas galletas recién horneadas. Y si a eso le sumamos la combinación perfecta entre lo dulce y lo frutal, con un toque chocolatoso, el resultado es simplemente irresistible. Hoy te traigo una receta que no solo es deliciosa, sino que también sorprende con cada bocado: mi receta casera de galletas de ate de guayaba y chispas de chocolate blanco. Son fáciles de hacer, ideales para cualquier ocasión y te aseguro que, una vez que las pruebes, querrás hacerlas una y otra vez.
Vente a preparar esta receta conmigo
Para preparar estas originales galletas necesitaremos:
1 taza de mantequilla, a temperatura ambiente
1 taza de azúcar
Una pieza de huevo
Un chorrito de Vainilla Molina
2 tazas de harina
1/2 cucharadita de polvo de hornear
1/4 de cucharadita de sal
1/2 taza de ate de guayaba
1/2 taza de chispas de chocolate blanco
1. Precalienta el horno a 180 °C y forra una bandeja para hornear con papel encerado.
2. En un tazón grande, bate la mantequilla con el azúcar hasta que obtengas una mezcla cremosa. Agrega la pieza de huevo y un chorrito de Vainilla Molina, bate nuevamente hasta que quede bien integrado.
3. En otro tazón, tamiza la harina, el polvo de hornear y la sal. Poco a poco, agrega esta mezcla de harina a la mezcla de mantequilla, batiendo a baja velocidad hasta que todo esté integrado.
4. Corta el ate de guayaba en trozos pequeños y agrégalo a la masa. Mezcla con una espátula para que se distribuyan bien los trozos de guayaba.
5. Incorpora las chispas de chocolate blanco a la masa, asegurándote de que queden bien repartidas.
6. Con la ayuda de una cuchara para helado o dos cucharas, forma bolitas de masa y colócalas en la bandeja para hornear, dejando espacio entre ellas para que se expandan al hornearse.
7. Hornea las galletas durante 12-15 minutos o hasta que estén ligeramente doradas en los bordes. Si prefieres galletas más crujientes, hornea un par de minutos más.
8. Saca las galletas del horno y déjalas enfriar en la bandeja durante unos minutos antes de transferirlas a una rejilla para que se enfríen por completo.
Y ahí lo tienes, unas galletas crujientes por fuera, suaves por dentro y con ese balance perfecto entre el dulzor del chocolate blanco y el toque frutal del ate de guayaba. ¿Lo mejor? No necesitas ser un experto en repostería para lograr un resultado espectacular. Ahora dime, ¿te animas a probar esta receta? Si las haces, cuéntame cómo te quedaron y con qué las acompañaste.