Vainilla Molina Vainilla Molina Vainilla Molina Vainilla Molina
El blog de Vainilla Molina

Mi receta casera de sándwiches de galleta de almendras

Mi receta casera de sándwiches de galleta de almendras

Esta receta empezó como un experimento: quería algo diferente, cremoso, sin ser empalagoso. Lo que salió fue una galleta suave, con un relleno fresco, aromático y con un toque de jengibre que cambia todo. Es una de esas recetas que se hacen por curiosidad y terminan volviéndose favoritas.

Para preparar este rico postre necesitaremos:  

Para las galletas: 

1 taza de harina de almendra 

3/4 de taza de harina de trigo 

1/2 cucharadita de sal 

1/2 cucharadita de polvo para hornear 

1/2 taza de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente 

1/3 de taza de azúcar mascabada 

Una pieza de huevo 

Un chorrito de Vainilla Molina 

Ralladura de 1/2 limón 

 

Para el relleno: 

 

100 g de queso crema a temperatura ambiente 

2 cucharadas de mantequilla 

 

1/2 cucharadita de jengibre fresco rallado

Un chorrito de Vainilla Molina 

 

1/3 de taza de Azúcar Glass Postrelicioso

1. En un tazón mezcla harina de almendra, harina de trigo, sal y polvo para hornear. 

2. Aparte, bate la mantequilla con el azúcar hasta que esté cremosa. 

 

3. Agrega la pieza de huevo, un chorrito de Vainilla Molina y la ralladura de limón si usas.

4. Incorpora los ingredientes secos poco a poco, mezclando hasta que se forme una masa suave. 

5. Refrigera por 30 minutos para que sea más fácil de manejar. 

 

6. Precalienta el horno a 180 °C.

7. Estira la masa y corta círculos medianos o usa una cuchara para formar bolitas y aplanarlas un poco. 

8. Hornea de 10 a 12 minutos o hasta que los bordes estén doraditos. 

 

9. Deja enfriar completamente antes de rellenar.

10. Bate el queso crema con la mantequilla hasta que esté suave. 

11. Agrega un chorrito de Vainilla Molina, el jengibre y el endulzante que prefieras. Ajusta de sabor si quieres más jengibre o dulzor. 

12. Coloca una cucharada del relleno entre dos galletas. 

 

13. Presiona ligeramente y, si quieres, enfría unos minutos para que el relleno se asiente.

Puedes guardarlas en el refri por varios días o congelarlas si prefieres tener algo listo para después, aunque sinceramente, suelen desaparecer antes de que eso pase. Son de esos postres que no duran porque todos quieren repetir. Y cuando los haces una vez, seguro los haces otra.